Los tachones reflectivos son dispositivos auxiliares de señalización diseñados para señalizar y demarcar la circulación de vehículos. Están fabricados con resina reforzada con fibra de vidrio para ofrecer mayor resistencia y llevan un lente reflectante de alta intensidad prismática con protección acrílica. Estos tachones pueden ser utilizados como reductores de velocidad, obligando al conductor a disminuir la velocidad de los vehículos para prevenir accidentes en el paso peatonal, o como divisores de carriles. Se fijan al pavimento con pegamento bituminoso o pegamento epóxico y se aplican en superficies como concreto o asfalto. Es importante contar con implementos de protección personal al momento de su aplicación y seguir las instrucciones de limpieza y mezcla para garantizar una correcta fijación y una larga vida útil del producto.

Además, es importante mencionar que los tachones reflectivos deben ser revisados y reemplazados regularmente para garantizar su efectividad en la señalización vial. La degradación por el tiempo y el desgaste por el tráfico pueden afectar su retroreflectividad, por lo que es necesario programar inspecciones periódicas para determinar si es necesario reemplazarlos.

En cuanto a su colocación, se recomienda seguir las normas y reglamentos locales, ya que estas pueden variar según la zona. Por ejemplo, en algunas áreas pueden requerirse distancias específicas entre los tachones o una determinada altura de colocación. Es importante asegurarse de cumplir con estas normas para garantizar la seguridad en la vía.

En resumen, los tachones reflectivos son una herramienta valiosa para la señalización vial que ayudan a guiar a los conductores y a prevenir accidentes. Sin embargo, es importante seguir las instrucciones de aplicación, revisión y reemplazo para garantizar su efectividad y cumplir con las normas y reglamentos locales.